El horror de La Loma: cuatro femicidios y un misterio todavía no resuelto del todo

Entre el 26 y el 27 de noviembre de 2011 fueron asesinadas cuatro mujeres en un departamento del barrio La Loma, en La Plata. Por el hecho condenaron a prisión perpetua a un albañil. Todavía se desconoce el móvil de los femicidios y si hubo más partícipes.

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El espantoso suceso ocurrió en un PH de la calle 28 al 467, entre 41 y 42. En ese departamento vivían tres mujeres: Susana de Barttole, de 63 años; su hija Bárbara Santos, de 29, y la hija de Bárbara y nieta de Susana, Micaela Galle, de 11.
La mañana del domingo 27 sus vecinos vieron sangre en la puerta y llamaron a la Policía. Los pesquisas encontraron a las tres mujeres muertas y a una cuarta víctima, que resultó ser Marisol Pereyra, de 35 años y amiga de Bárbara.
Habían sido golpeadas con un palo de amasar y atravesadas decenas de veces con una cuchilla. De las cuatro la que se hallaba en peor estado era Bárbara. De inmediato surgió el nombre de un sospechoso: su novio, Osvaldo Martínez, que se hizo conocido en los medios como "El Karateca". El hombre, que trabajaba como mecánico en la planta de YPF en Ensenada, fue detenido al día siguiente de la masacre.
 
El frente del PH donde sucedió el cuádruple femicidio.
Todos sobre Martínez
El fiscal Álvaro Garganta, el juez Guillermo Atencio, el periodismo y el abogado Fernando Burlando, que representaba a los familiares de las víctimas, cayeron sobre Martínez de manera unívoca. El fiscal construyó un cuadro de "celopatía posesiva" con declaraciones de vecinos y amigas de "Barby". Consideró fundamental un mensaje de texto del "Karateca" antes de los hechos: "Otro sábado que me dejaste solo, me voy a acostar, una vez más ya no me vas a mandar mensajes".

El testimonio más importante fue el del remisero Marcelo Tagliaferro, que la noche de la masacre había llevado a Marisol al domicilio fatal. Tagliaferro aseguró que reconoció al hombre que le abrió la puerta a la mujer: "Lo vi a Martínez por el espejo retrovisor de mi auto. No tengo dudas".

 
Osvaldo Martínez.
El caso parecía prácticamente cerrado, pero pasaban los días y Martínez no se quebraba, además de que su ADN no era el encontrado entre los rastros que quedaron en el lugar de los hechos. Lo liberaron a poco más de un mes de los asesinatos. El remisero fue procesado por falso testimonio y su juicio es el que comenzará en muy pocos días.

"Me mandé una cagada"
Dos semanas después de los crímenes, una mujer escuchó una conversación en la puerta de un supermercado. Un hombre, con los brazos llenos de lastimaduras, le decía a otro que se había "mandado una cagada". "Maté a la nena, no quería dejar cabos sueltos", fue la frase que llamó la atención de la mujer.

A través de su testimonio, se fueron atando cabos y se terminó encontrando al autor de aquellos dichos, un albañil llamado Javier Quiroga y apodado "La Hiena", en un centro de rehabilitación para adictos. Las pruebas de ADN fueron concluyentes: en el PH había abundante sangre de las cuatro mujeres… y la suya.

 
Javier Quiroga.
"La Hiena" Quiroga fue detenido seis meses después de la masacre, en mayo de 2012. Él primero dijo que el asesino había sido Martínez, que lo había paralizado con un arma de fuego mientras mataba a las mujeres, y que luego lo había obligado a tomar el cuchillo y dejar su propio ADN. Y "El Karateca" fue detenido otra vez.

Sin embargo, las pruebas fueron contundentes contra el albañil, que nada pudo hacer para incriminar a Martínez. Fueron casi tres años los que pasaron hasta que el 18 de julio de 2014 la Justicia emitió el dictamen.

La tesis
En el interín, el entonces estudiante de periodismo Fernando Tocho tenía que hacer la tesis para recibirse y buscaba el tema. "En 2012 yo estaba terminando mi carrera en periodismo y comunicación social. Debía elegir un tema para mi tesis de grado y este caso estaba despertando muchas dudas para ese entonces. En marzo de ese año no había nadie preso por asesinar a cuatro mujeres a golpes y puñaladas en un PH del casco urbano de la capital de la provincia de Buenos Aires. ¿Qué mejor escenario para entrar a investigar e intentar aplicar lo aprendido en la facultad?, me pregunté. Y ahí empecé a conocer un lenguaje nuevo, el judicial, que tiene otras reglas de juego, las legales y procedimentales", contó Tocho a DIB.

Continuó: "Fui juntando fuentes y tuve acceso al expediente. De esta manera recopilé y junté testimonios legalizados (incorporados a la causa) y no legalizados (reportajes por fuera del expediente). Los datos los iba cruzando con información documental y pericias (pruebas de ADN y fotos de la escena). Llegar a eso me permitió sacar una conclusión, construir una hipótesis y dar a conocer mediante un libro mi trabajo que terminó siendo mi tesis de grado".

El libro fue publicado en mayo de 2014, un par de meses antes del veredicto.

Los hechos
Fernando, que gracias a su investigación fue uno de los 170 testigos que declararon en la causa, explicó qué fue lo pasó esa noche, según el fallo: "En el momento del hecho Quiroga tenía entre 35 y 40 años. Vivía en el barrio La Granja, tenía tres hijos y se estaba separando de la mujer. Había llegado esa noche al departamento supuestamente a arreglar un cajón de la cocina, pero no había llevado herramientas. La primera víctima es Susana y el conflicto empieza con ella en la cocina. Por qué, es algo que aún se desconoce. Se cree que la señora le debía plata o andaba en la droga. La mata primero a ella. La nena, que está en la cama, ve esa situación y quiere llamar a la Policía. Llama pero por los nervios marca 9111. Quiroga la mata para procurar la impunidad. Después asesina a Bárbara. ¿Por qué ella tiene más puñaladas? Porque fue la que luchó e incluso lo llegó a cortar. En la escena hay sangre de Quiroga; lo corta con un cuchillo en la mano y ahí empieza a sangrar. El albañil se ensaña con Bárbara. Después llega la amiga, que es la secuencia esa del remisero, y también la mata".

"Juicio patriarcal"
El 18 de julio de 2014 la Justicia condenó a Quiroga a reclusión perpetua, considerado como único autor del cuádruple femicidio. Martínez fue absuelto. Dos años después, el Tribunal de Casación Penal bonaerense confirmó la sentencia.

No obstante el fallo, los familiares de las víctimas y organizaciones feministas continuaron creyendo que Martínez también era culpable y apelaron el fallo ante la Cámara de Casación. Tras la sentencia le gritaron "asesino" y juraron perseguirlo hasta que regrese a prisión.

En 2020, a nueve años de los femicidios, una periodista de la agencia estatal Télam entrevistó a la tía de la nena asesinada, quien aseguró que el juicio fue "patriarcal, machista y sin perspectiva de género" y clamó estar "convencida" de que una sola persona no pudo haber cometido el hecho "en menos de 10 minutos".

Lorena Galle puso el acento en que el juicio que condenó a Quiroga "no pudo establecer con claridad cuál pudo ser el móvil para que matara a tres mujeres y a una niña. Toda la investigación se hizo mal".

¿El segundo hombre?
En este punto coincidió Tocho, que dice que "el caso fue mal investigado. No está claro el móvil ni tampoco reconstruida del todo la secuencia de adentro".

Entonces, el periodista aventuró en su libro otra hipótesis a partir de una declaración de Quiroga a un compañero de celda y las dudas de una de las peritos. "La Hiena" le habría contado a otro preso que "en el lugar tuvo un cómplice que se llama Carlos Daniel Videla, uno de sus mejores amigos, que es el que a él lo va a buscar de esa casa para irse en auto". Y una de las especialistas dijo "que es muy difícil imaginar un hecho tan dinámico en un espacio tan pequeño cometido por una sola persona, sobre todo cuando llega Marisol, la última víctima. Es muy posible que haya habido un ataque entre dos personas, una sujetando a la mujer por detrás y la otra atacándola por delante".

"Yo digo en la investigación que esa segunda persona bien pudo haber sido este tipo, Videla, y esa declaración en donde un preso dice que Quiroga le contó que lo hizo con Videla está en la causa del falso testimonio del remisero pero nunca se incorporó a la causa del cuádruple crimen", concluyó Fernando Tocho.

14 años después
Mientras tanto este 1º de diciembre, según lo acordado por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°4 de La Plata, comenzará el juicio por falso testimonio contra Marcelo Tagliaferro y Patricia Luján Godoy. Ambos están acusados de haber mentido para incriminar a Osvaldo Martínez en el cuádruple femicidio de La Loma. La acusación estará a cargo del fiscal Mariano Sibuet y del abogado Sebastián Chouela. El delito prevé penas de hasta 10 años de prisión.

 
Fernando Burlando junto al remisero Marcelo Tagliaferro.
El representante de Martínez y denunciante de Godoy, por su parte, confirmó que su defendido rechazó cualquier intento de juicio abreviado. "Martínez quiere que ambos acusados se sienten en el banquillo y den explicaciones públicamente por el daño que causaron", según reveló el letrado.

El abogado anticipó que pedirá la pena máxima de 10 años de prisión, por "la gravedad del daño causado a Martínez en una causa tan mediática y estigmatizante".

Durante su declaración en el proceso que condenó a “La Hiena” Quiroga y absolvió a Osvaldo Martínez, Tagliaferro aseguró no tener intereses personales. Pero la investigación posterior demostró que había gestionado el cobro de una recompensa ofrecida por el Ministerio de Justicia y Seguridad, la cual dependía de la condena de “El Karateca” Martínez. Ese hecho nunca fue informado al Tribunal.

La cuestión es que a 14 años del cuádruple femicidio el caso mantiene dos enigmas fundamentales: cuál fue el móvil de la masacre, y si hubo o no otro partícipe. Y el barrio de La Loma continúa guardando la memoria de la sangre derramada de cuatro mujeres una noche de sábado.

Una primera versión de esta nota fue publicada en febrero de 2021.

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