Un Espacio Azul para incluir desde el juego y la calma

Ubicado en uno de los bulevares de la Avenida 58, el Aniversario de Necochea contó con una colorida propuesta y materiales de integración para recibir a personas con alguna dificultad sensorial, pero también a la comunidad en general. “La verdad que fue un espacio muy significativo para la ciudad”, aseguró la creadora del emprendimiento Upa, que trabajó junto al área de Discapacidad para montar el sector.

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En su segunda realización consecutiva, el Espacio Azul fue uno de los atractivos más valorados de estos festejos por el 143º Aniversario de Necochea. Este año con una propuesta al aire libre, el lugar sirvió como un punto de inclusión y encuentro para las niñeces, pero también para adolescentes y adultos, quienes se acercaron en sus dos días de puesta en marcha para compartir un momento de relajación y juego.

El colorido punto, ubicado en el bulevar aledaño a la manzana este de la Plaza Dardo Rocha, donde se desenvolvieron los talleres y actividades recreativas planificadas por la Secretaría de Desarrollo Humano y Políticas Sociales, contó en esta ocasión con la organización conjunta entre la Dirección de Discapacidad y Tercera Edad y el emprendimiento Upa Integración Sensorial, con el objetivo de brindar tiempo de calidad y calma a personas con alguna dificultad sensorial antes de que comiencen los ruidos propios de una celebración con espectáculos y mucha convocatoria de público.

“No fue solo para personas con discapacidad, sino que estuvo abierto a todas las personas”, dejó asentado Gastón Boldrini, titular del área municipal, antes de comentar “el Espacio Azul buscó dar respuesta y trabajar con diferentes estrategias, a través del juego, para que todos puedan ser parte y disfrutar”.

 

 
 
 

En cuanto a la disposición del lugar, para el que el año anterior se había elegido el hall de ingreso al Colegio Nacional, “estar asilado del resto de las actividades es una necesidad que se requiere para que algunos de los niños y niñas puedan disfrutar a pleno de las distintas propuestas”, explicó el funcionario.

Lucía Martino es la fundadora de Upa, un proyecto que nació hace 4 años en el ámbito terapéutico en el que se desempeña. Trabajando con sus propios materiales de integración sensorial se dio cuenta de que eran de gran resultado en la vida diaria de los niños, jóvenes y adultos que los utilizaban. Ahí fue cuando nació el emprendimiento y la joven comenzó a escribir sobre el tema y a vender sus creaciones.

Hoy tiene su propio taller, es una marca registrada y se convirtió en proveedora de varias obras sociales. “Esto quiere decir que la gran mayoría de los materiales son súper importantes, como lo es una silla de ruedas”, ejemplificó, a modo de introducción para describir, luego, la experiencia que vivió en la Plaza Dardo Rocha este fin de semana largo.

 

 
 
 

“Fue un trabajo en equipo hermoso, que hicimos con mucho esfuerzo y, principalmente, con mucho amor”, contó, para asegurar sobre la articulación con el municipio que, “desde mi parte, súper agradecida por darme el espacio y ojalá esta no sea la última vez”, porque “ya estoy recibiendo muchos mensajes de cuándo vamos a hacer este espacio nuevamente, porque lo quieren, lo necesitan, así que súper agradecida con esta ciudad que nos ha brindado la oportunidad de que todo esto se conozca”.

El Espacio Azul pudo estar funcionando en las tardes del viernes y el sábado, entre las 14 y las 15, un horario en el que los ruidos todavía no molestaban a su normal funcionamiento. “Esos dos días que fueron espectaculares, no solo por la cantidad de gente que fue, sino por el resultado que dio, que realmente tuvo un significado terapéutico”, resumió Lucía.

 

 
 
 

Las mantas, los pufs y las hamacas dieron vida a un lugar de calma y relajación, pero también de juego y aprendizaje, en medio de la vorágine del espacio céntrico más concurrido de la ciudad. Los squishys, para ayudar a calmar la ansiedad, y los canceladores de sonido fueron la más acertada de las decisiones para que las personas que se acercaban pudieran pasar el rato aislados de lo que acontecía no tan lejos y, a la vez, conectados con el momento.

“Se acercaron niños, jóvenes y adultos, con y sin discapacidad, porque creo que una de las cosas principales de este proyecto que armamos fue que tuvo por objetivo que lo pudieran disfrutar todos”, reveló la creadora de Upa y autora de la mayoría de las intervenciones que tuvo el Espacio Azul, “porque si no concientizamos a la gente para que conozca de esto, creo que el trabajo es en vano”.

 

 
 
 

Sobre las sensaciones que dejó la participación en la fiesta de cumpleaños de Necochea, desde una perspectiva bastante diferente a la que tuvieron las demás atracciones, Lucía confesó que “hemos vivido un momento soñado, porque vimos el resultado positivo: cómo las madres llegaban con sus reposeras y se quedaban a tomar mate; cuando ahí mamás que se tiene que ir a la media hora porque los nenes no pueden tolerar la espera, no pueden tolerar el ruido”.

“Ahí nos dimos cuenta de que realmente estábamos haciendo un lugar para ellos. La verdad que fue un espacio muy significativo para la ciudad”, aseguró la emprendedora, prometiéndose volver para generar más de estas alternativas en un futuro no tan lejano.

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