Uno a uno, los caciques peronistas que suenan para quedarse con el PJ bonaerense

Con la fecha del calendario marcada en 2026, el justicialismo provincial se encamina hacia una disputa abierta por la conducción del partido. La Cámpora tironea para sostener el control, mientras los intendentes y el kicillofismo buscan posicionarse como la alternativa.

ProvinciaDía a Día MultimediosDía a Día Multimedios
204833_3

Luego de la derrota de octubre y los reiterados pases de factura entre el cristinismo y el MDF, la interna del peronismo bonaerense entró en una nueva fase. Con la conducción de Máximo Kirchner cuestionada desde varios frentes y una fecha tentativa de renovación partidaria en el horizonte, distintos dirigentes comienzan a mostrar sus cartas. En un clima de reacomodamientos y especulaciones, el PJ provincial se encamina hacia una pulseada decisiva por el liderazgo del espacio.

El diputado nacional y actual presidente del partido, Máximo Kirchner, pretende conservar el control de la estructura bonaerense. Sin embargo, su figura perdió centralidad una vez terminado el gobierno de Alberto Fernández y las tensiones internas se multiplicaron. Además, el cuestionamiento de los popes del peronismo a Cristina Kirchner diluye su confucción. En ese escenario, el kirchnerismo más puro intenta reorganizarse, pero enfrenta resistencias tanto en los intendentes como en el propio oficialismo provincial.

La vicegobernadora Verónica Magario se posiciona como una alternativa de peso. Con una extensa trayectoria en el Conurbano y vínculos fluidos con varios jefes comunales, Magario representa un perfil de equilibrio entre el cristinismo y el peronismo tradicional. Aunque aún no se lanza abiertamente a la contienda, su nombre aparece en las conversaciones internas como una posible síntesis que cumple con dos reclamos, territorialidad y experiencia.

 
Verónica Magario y Mariel Fernández encarnan la posibilidad de una renovación con sello femenino dentro del PJ bonaerense.

Otro de los nombres en danza es el de Federico Otermín, actual intendente de Lomas de Zamora y un candidato potable para el entorno del gobernador Axel Kicillof. Su irrupción marcaría un intento de construir un espacio propio dentro del PJ, con figuras más jóvenes y una narrativa que busca renovar la identidad peronista sin romper con el ala cristinista, pero manteniendo el diálogo con todos los sectores.

Recientemente lanzada, en el plano territorial, Mariel Fernández, intendenta de Moreno y dirigente del Movimiento Evita, también suena como posible candidata a la presidencia partidaria. Su perfil combina gestión local, base militante y una mirada crítica hacia el verticalismo camporista. Representa, además, una corriente con presencia en los barrios populares y con capacidad de articulación con movimientos sociales.

Entre los intendentes históricos, Fernando Gray nunca se bajó del ring. El jefe comunal de Esteban Echeverría, quien impugnó judicialmente la continuidad de Máximo Kirchner al frente del PJ bonaerense, insiste en la necesidad de “democratizar” el partido. Su intención de volver a conducir el justicialismo provincial encuentra eco en algunos jefes comunales desencantados con la actual conducción.

La Cámpora, por su parte, percibe el avance de los intendentes como una amenaza directa. Las recientes críticas de Máximo hacia Kicillof y las diferencias con Magario por la estrategia electoral alimentaron la sensación de que la organización pierde terreno en su bastión natural. En ese marco, el kirchnerismo duro busca blindarse apelando al legado de Cristina y a la lealtad militante.

Desde el entorno del gobernador, en cambio, interpretan que la crisis del PJ abre una oportunidad inédita. Si bien Kicillof no tiene intención de disputar el cargo partidario, el armado está en consideración. Sus colaboradores más cercanos ven en la renovación una chance para consolidar un nuevo aire dentro del peronismo, menos dependiente de las estructuras camporistas y con anclaje territorial real a través de los jefes comunales.

Los movimientos recientes en los municipios también reflejan el nuevo mapa. Intendentes que hasta hace poco respondían orgánicamente a La Cámpora comenzaron a tomar distancia. Algunos incluso promueven la idea de un “frente de jefes comunales” que impulse una conducción colegiada del partido, con participación equitativa de todas las corrientes.

En ese contexto, los rumores sobre “vendettas políticas” y pases de factura cruzados no tardaron en aparecer. Desde el entorno de Máximo aseguran que existe una operación para desplazarlo del mando partidario, mientras que los intendentes replican que sólo buscan devolverle vida institucional al PJ. El clima interno se calienta y se anticipa una disputa prolongada.

El mandato de Máximo Kirchner como presidente del justicialismo de la provincia de Buenos Aires vence el 18 de diciembre y se estima que el 2026 sea el recambio de autoridades junto con las 135 unidades básicas. El propio diputado nacional lo confirmó el fin de semana en Radio Con Vos y habló que en ese momento se cumplirán 80 años de la victoria de Juan Domingo Perón – Hortensio Quijano en las elecciones presidenciales del 24 de febrero de 1946. Conocida la simpatía del camporismo con las efemérides, Kirchner podría buscar quedarse con el bastón de mando en marzo del año que viene.

Te puede interesar
Lo más visto
226274964750660